La primera vez que escuché su nombre, fue por la celebre canción que cantaba Johnny Rivers, en un disco muy popular en los ’70. Recuerdo que la curiosidad me llevó a buscar quién era John Lee Hooker. Todavía le debo ese favor a Johnny Rivers.
John Lee Hooker nació en Mississipi, Estados Unidos, el 22 de agosto de 1917 y falleció hace diez años, en 2001, en San Francisco. Fue sin dudas uno de los más influyentes, creativos y geniales hombres del blues norteamericano, cantando y tocando su guitarra. La carrera musical de Hooker empezó en 1948 cuando consiguió el éxito con el single “Boogie Chillum”, cantado en un estilo medio hablado que se convertiría en su marca característica. Rítmicamente, su música era muy libre, y su fraseado no estaba atado a los estándares de la mayoría de los cantantes de blues. En 1955 acabó su contrato con Modern Records y fichó por la compañia Vee Jay, de Chicago, que publicó los clásicos “Dimples” y “Boom boom”.
Desde mi temprana adolescencia y hasta mi casi medio siglo, su voz y su guitarra han ido apareciendo una y otra vez, y en estos días no dejo de escuchar este triple CD que es un resumen de su magnífico legado musical, desde los orígenes hasta sus últimos días: 60 joyas imperdibles del blues, el boogie y el rock de la segunda mitad del siglo 20 con un sonido brillante, versiones en vivo nunca antes editadas y, fundamentalmente, el talento de ese señor de voz rasposa y dedos mágicos. No se lo pierdan.
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